La gran cuenta pendiente de la sociedad actual
La inteligencia emocional es la gran cuenta pendiente de la sociedad actual. En los colegios se enseñan algunos de los aspectos relativos a ella, pero realmente no se facilita una auténtica experimentación e integración de las competencias emocionales, aunque ya sabemos que es una meta-habilidad, es decir, que condiciona todas las inteligencias de la persona. Sin inteligencia emocional, rara vez se da el éxito.
La gran mayoría de nosotros simplemente repetimos lo que nos enseñaron consciente o inconscientemente en casa. Podemos ver estas carencias en las estrategias que utilizamos para relacionarnos con nosotros mismos y con los demás, tales como:
- Ir de víctimas, salvadores, perseguidores y manipular a otros.
- Evitar ciertas emociones y forzar otras “más aceptables”.
- Dar el poder a otros o a elementos externos que nos hacen ficticiamente sentir inferiores o superiores.
- Hiperracionalización de las emociones.
- La falta de empatía, de asertividad, liderazgo, o responsabilidad.
Estas son algunas de las evidencias más comunes y, aunque para ser realmente competentes tenemos toda una vida, hemos de ir integrando cuanto antes los conocimientos o “saberes” que nos facilitan la gestión emocional, y que van desde el desarrollo de habilidades (“saber-hacer”), la integración de actitudes y gestión de estados (“saber estar”), hasta la ampliación constante de la conciencia relativa al autoconocimiento y des-identificación que implica el “saber ser”.
En Eleva llevamos años haciendo un trabajo de divulgación, formación e integración de las competencias emocionales, como si fuera un hilo transversal que cosiera todas nuestras formaciones, de forma que en cualquier curso de la escuela encontrarás inteligencia emocional a raudales.
La gran cuenta pendiente de la sociedad actual
La inteligencia emocional es la gran cuenta pendiente de la sociedad actual, en los colegios se enseñan algunos de los aspectos relativos a ella, pero realmente, no se facilita una auténtica experimentación e integración de las competencias emocionales, aunque ya sabemos que es una meta-habilidad, es decir, que condiciona todas las inteligencias de la persona. Sin inteligencia emocional, rara vez se da el éxito.
La gran mayoría de nosotros simplemente repetimos lo que nos enseñaron consciente o inconscientemente en casa. Podemos ver estas carencias en las estrategias que utilizamos para relacionarnos con nosotros mismos y con los demás, tales como:
- Ir de víctimas, salvadores, perseguidores y manipular a otros
- Evitar ciertas emociones y forzar otras “más aceptables”
- Dar el poder a otros, o a elementos externos que nos hacen ficticiamente sentir inferiores o superiores
- Hiper-racionalización de las emociones
- La falta de empatía, de asertividad, liderazgo, ó responsabilidad
Estas son algunas de las evidencias más comunes y aunque para ser realmente competentes tenemos toda una vida, cuanto antes hemos de ir integrando los conocimientos o “saberes” que nos facilitan la gestión emocional, que van desde el desarrollo de habilidades (“saber-hacer”), la integración de actitudes y gestión de estados (“saber estar”), hasta la ampliación constante de la conciencia relativa al autoconocimiento y des-identificación que implica el “saber ser”.
En Eleva llevamos años haciendo un trabajo de divulgación, formación e integración de las competencias emocionales, como si un hilo transversal que cosiera todas nuestras formaciones, de forma que en cualquier curso de la escuela encontrarás inteligencia emocional a raudales.